viernes, 6 de mayo de 2011

Que alegría, que alboroto.








Me acabo de comprar, señoras y señores, MI PRIMERA POLAROID!




Después de indagar por muchas partes, y después de algunas cámaras de colección, por fin me he hecho con mi Polaroid instantánea, modelo de principios de los 90, aún no me arriesgo con los mas antiguos porque la quiero probar en Nueva York dentro de dos semanas. 


Empecé eso de las cámaras antiguas en Praga, cuando encontré una Leica super vieja por 16 euros, en perfecto funcionamiento, y el señor que me la vendió aún me daba las gracias. Yo casi me echo a llorar. Después buscando y buscando encontré una mas antigua, de mi abuelo. No había visto una cosa así en mi vida. Si alguna vez consigo hacer una fotografía medio decente con ese trasto me muero de un ataque al corazón de la alegría que me da. 


A partir de ahí me he ido quedando con todas las cámaras que he encontrado por las casas de toda mi familia. Voy detrás de la última analógica que tenía mi tío. No me la quiere dar por ningún cumpleaños. Se la propuse como futuro regalo de boda, pero obviamente no funcionó... Ni si quiera la usa, menudo desperdicio! 


Mi última Panasonic/Leica fue destruida por mi madre cuando me vine a Houston, pero sigue en casa, esperándome para ser enterrada. (Miento, voy a tener a mi padre currando en la cámara hasta que funcione otra vez). 


Luego llegó mi nueva nuevísima Nikon D3100. La que uso actualmente. No es una reliquia, pero sé que no me va a fallar (o eso espero), y por eso viajo con ella. Y será reliquia dentro de unos años. Sigo haciendo pruebas e intentando cogerle el truco. Y AHORA, POR FIN, 6 DE MAYO EN MADRID, 5 DE MAYO EN HOUSTON, tengo mi Polaroid. Que emoción. Que alegría! 


Intenté comprar un modelo antiquísimo por mi cumpleaños, pero la película costaba mas que la cámara, por lo que decidí dejarlo pasar y seguir mirando por internet y en pequeñas tiendas especializadas. Podría gastarme una pasta y comprarme todas las cámaras que quisiera, pero no sería tan bonito comprarlas. Tienes que esperarte a las gangas, a los chollos, a las liquidaciones. Es entonces cuando lo que compras te sabe mejor. Me pasa también con la ropa. Cuando llevo algo muy bonito y alguien me dice, "me encanta tu vestido", y yo contesto "muchas gracias", y a la vez estoy pensando, "me costó 6 dólares, toma esa". A la gente cercana incluso se lo digo, para que se mueran de envidia. 
La verdad es que soy una experta encontrando gangas. Aunque hace mucho que no vaya, yo soy una chica de mercadillo de Majadahonda, y no me averguenzo de ello. Es que encontrar GANGAS (como me gusta la palabra!), es un arte. Pues yo soy así. Gracias a mi madre y a los muchos Sábados muertas de calor y rebuscando entre montones, soy una pro en eso de las gangas. Lo mejor del mercadillo es que todas las kinkis se llevan lo feo, y por eso lo que queda es lo mejor. Y creerme, el arte de rebuscar te viene bien incluso en tiendas de alta costura. Pasa igual con casi todo tipo de mercancías "de montón". Y eso me ha pasado a mi con mi camara. Ha merecido la pena esperar. Aquí está mi Polaroid. POR FIN. 





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