No es mi día. No se por donde empezar.
Necesito
un
respiro.
O mejor aún. Un fin de semana en Nueva York.
Ah, espera, que me voy dentro de dos semanas. La cosa cambia. Pero aquí sigue siendo Domingo y una hora menos que allí.
Que alguien me explique por qué hace tanto calor en Houston, por qué ayer fui a la peor fiesta de mi vida, y encima me compré vestido y zapatos, por qué mañana tengo que ir a clase, y por qué mi internet no funciona.
Qué suerte tienes, Anita. Disfruta mucho en Nueva York porque cuando vengas aquí vas a morir asfixiada por el abrazo tan grande que te voy a dar.
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