-Green tea
-Mini cranberry scone
-Cereal bar
-Non-fat coconut yogurt
Intento ser sana pero echo de menos el café con leche. Aquí lo llaman café pero es aguachirri.
No lo voy a negar, también echo de menos las tardes de invierno, la cocina de mi padre y pasear desnuda por la casa con la excusa de que me acabo de echar crema. Me preguntan por qué me gusta mas aquello que ésto.
Es simple. Aquello es mi vida. Ésto no tiene sentido.
En cuanto me acostumbré al cambio horario empecé la cuenta atrás. Sigo preguntándome cada mañana por qué quise cambiar. He de decir que soy muy fanática de los cambios. Siempre estoy cambiando. El pelo, las uñas, la ropa, los muebles, las fotos en la pared, la marca de cigarrillos, el reloj, el color de la habitación, la colcha, las almohadas. No puedo estar mas de tres meses sin cambiar diez veces la cama de sitio. No puedo acostumbrarme a algo, no me gusta. Me aterroriza el aburrimiento. La rutina. Si puedo cambiarme el color de uñas cada día, ¿por qué no cambiar de continente?. Supongo que esa fue mi explicación.
Una rabieta. Una niñatada. Y encima pretendiendo que es por mi futuro, que tiene una razón lógica, que me va a servir para el resto de mi vida (cosa que es cierta, pero yo no pensé en eso). ¿Qué otra cosa puedo decir? Desde que me fui hace ocho meses, llevo pensando en todos los cambios y planes que tengo a la vuelta. Qué locura. Y pensar que dentro de dos meses volveré a despertarme oyendo Madrid, otra vez, para siempre. Hasta que me tome mi taza de café y empiece a pensar qué cojones puedo cambiar ese dia.
melodramassss
ResponderEliminarsaber inglés es una ventaja competitiva respecto al resto de capullos que no saben
pasa las horas pensando en cómo disfrutar de ese sitio el poko tiempo que te keda y no de pensar en cosas tristesss
anónimo
ajja